La receta ideal para satisfacer el favor del público y adentrarse en el intrincado mundo del desarrollo de videojuegos se transmite precisamente a través de la observación de una obra que sabe desatar un torbellino de emociones y el deseo de reelaborar esas ideas para hacerlas suyas. Así que llévate 400 g de gráficos de 8 bits, 300 g de historias de fantasía, una cucharada de recuerdos y todo el amor que necesites. Los ingredientes son ofrecidos por la casa de Elden Pixels y mezclados con la ternura de un verdadero entusiasta. El plato que nos ofrecen es una suculenta historia de aventuras impregnada de esas historias virtuales que más han marcado el pasado.
El despertar de Alwa es la realización de píxeles de las fantasías infantiles de muchos, la guinda del delicioso pastel. Un postre lleno de plataformas, puzzles, esgrima y una pizca de magia, porque sin hechizos sugerentes todo sería más monótono. Un juego que cambiará las características de tu PlayStation 4 y tu DualShock 4 en una plataforma y un pad que pensamos haber guardado en un rincón del ático junto con otros recuerdos. Un título que intenta reelaborar de manera personal lo aprendido en muchos años de pasión por los videojuegos, quizás sin el deseo de lanzarse como un nuevo modelo, pero dejando un sabor suave ya en el primer bocado. Cierra los ojos por un momento y saborea las pequeñas hazañas y la magia de este menú especial.
Érase una vez en Alwa ...
Érase una vez la tierra de Alwa, un lugar tranquilo que conservó su blancura gracias a la ayuda de algunas reliquias guardadas en varios pueblos. La oscuridad, sin embargo, llegó a la próspera región a través de la figura del Vicario y sus cuatro cómplices, quienes robaron las preciosas reliquias, dejando atrás destrucción y escombros. Todo parecía perdido para los indefensos ciudadanos, cuando una débil esperanza se reveló en una pequeña niña dormida, la única capaz de enfrentarse a monstruos y enemigos temibles para restaurar la tranquilidad.
"Hola Zoe, te traje aquí para que me ayudes" susurra un mensajero indefenso para despertar a la protagonista de su sueño. Zoe, así se llama, es la encarnación del niño apasionado de los videojuegos que se entrega a sus fantasías y, entre la lucha con un dragón y la caza del monstruo en el armario, cae en un mundo paralelo. El arquetipo del héroe y el viaje a realizar para forjar sus habilidades es una mezcla narrativa que se pierde a lo largo de los siglos y que, desde los pergaminos hasta los códigos escritos, también ha llegado al medio de los videojuegos. Una premisa que no brilla tanto por su originalidad o desarrollo, pero que muchas veces representa una base sólida para embarcarse en la estratificación de una trama distintiva.
Salta, ataca ... ¡magia!
Vinculados por un hilo estrellado tejido con nuestra varita, la historia y la jugabilidad de Alwa's Awakening están vinculados por la misma simplicidad subyacente. Para los más experimentados, de hecho será fundamental familiarizarse con un sistema de mando que requiere solo una tecla para atacar con la espada y otra para saltar, además de las flechas direccionales, que también son esenciales para los poderes especiales y los "empezar" para ver el mapa.
Este último parece un pergamino aparentemente vacío que se irá llenando en el camino, mostrando posibles callejones sin salida o la presencia de enemigos particulares. El aspecto de la acción reside en la espada, fiel compañera, con la que lanzar simples golpes para eliminar a los oponentes. El alma del juego no parece residir tanto en este componente como en la combinación de imágenes fantásticas y atmósfera aventurera. Así lo demuestran todos los tramos de la plataforma repletos de pequeños acertijos y obstáculos a interpretar y superar, que a menudo pasan por carreteras secundarias.
Esta estructura casi laberíntica nace a partir de los modelos de metroidvania que han dibujado los chicos de Elden Pixels, lo que les obliga a recorrer los mismos caminos, a costa de volver sobre sus pasos demasiadas veces. En este sentido, al ser un título de scroll bidimensional, encontramos la transición entre una pantalla de juego y la siguiente por momentos lenta y amaderada, lo que corre el riesgo de romper esa suspensión de la incredulidad tan cara a cualquier historia.
Te topas con un metroidvania que era
No es una coincidencia que hayamos incluido la cruz direccional entre los pocos comandos, ya que te permite sostener el bastón mágico de Zoe y lanzar pequeños hechizos. Estos últimos son indispensables para superar muchas distancias de otra manera imposibles, así como para ayudarnos en la lucha contra enemigos más peligrosos. Durante nuestro viaje, antes de la batalla final, nos encontraremos con lo que podríamos definir mazmorras: cuevas oscuras llenas de monstruos que también esconden un pequeño tesoro, es decir, el conocimiento de una magia que lleva a nuestra heroína a potenciar sus habilidades. El diseño de niveles de estos lugares inaccesibles y en general de todo el juego sigue los títulos de 8 bits más representativos, sin añadir nada especialmente original, pero mostrando un buen cuidado en la realización.
Desde el pasado, Alwa's Awakening captura otros elementos del metroidvania clásico. La barra de vida te permite ser golpeado solo tres veces antes de ver el juego en pantalla, además los enemigos eliminados volverán a aparecer al regresar al mismo camino. Si desde un género el equipo de desarrollo se las arregla sin errores para captar lo mejor, desde el de los juegos de plataformas muestra el lado de la crítica por una gestión muchas veces deficiente de los saltos. El pequeño protagonista parece un globo que flota a la mitad y una velocidad poco realista cuando salta, obligando a calcular cada espacio. Excluyendo este elemento, el trabajo debut de Elden Pixels tiene una dificultad no prohibitiva, quizás planteada por los intentos que se van a realizar para superar algunos obstáculos.
Luces y sombras
Los sectores técnico y artístico vuelan en alas de la nostalgia, convocando a jugadores veteranos y más jóvenes a perderse en sus fantasías retro. Cada zona está bien cuidada, aunque a lo largo del juego se hacen compromisos con una cierta repetitividad que hace que mires fuera de los primeros escenarios, estos realmente distintivos. El grueso del trabajo parece haber sido aplicado al diseño del protagonista, que tanto en los dibujos como en el renderizado de píxeles despierta inmediatamente el cariño.
¿Qué podría completar nuestro plato que sea tan sabroso como falto de ese sabor que le valdría a los chefs una estrella Michelin? Obviamente una banda sonora de impacto. Veinticinco temas diferentes componen una melodía inspirada en el pasado, pero particular y agradable. Como acompañamiento, a decir verdad no imprescindible, nos sirven coleccionables, en este caso burbujas, que facilitarán la destrucción de los jefes al final de la mazmorra. Un toque verdaderamente innovador, injertado en una serie de plataformas de difícil acceso, que sin embargo corre el riesgo de aburrir a alguien.