Si tienes menos de veinte años, difícilmente te lo creas, pero hace un tiempo no existía ningún shooter online que dominara la escena en el mundo de los videojuegos. Fortnite, Fall Guys y similares aún no existían y el modo multijugador en línea era solo un sueño lejano. En 1990, The Secret of Monkey Island, una aventura gráfica desarrollada por LucasArts, captó la atención del público. La epopeya de Guybrush emocionó a millones de niños, haciendo del género uno de los más populares. Sin embargo, con los posteriores cambios generacionales y la evolución del mercado, el point and click ha ido perdiendo importancia, hasta casi desaparecer. Eso fue hasta la llegada de PlayStation 4, que resultó ser un terreno fértil para el género. El efecto nostalgia, y la indudable calidad de títulos como Day of the Tentacle o Grim Fandango, ha impulsado a los usuarios a revivir este tipo de videojuegos, también gracias a excepcionales trabajos de remasterización. Y como puro homenaje a la obra de LucasArts, llega Darkestville Castle, una aventura gráfica desarrollada por Epic Llama y publicada por Buka Entertainment.
Contraseña: irreverencia
Darkestville Castle es el primer enfoque de apuntar y hacer clic de la casa de software; bueno el primer clon o simple? Lo anticipamos, el título no revoluciona ni trastorna el género de ninguna manera, pero es una especie de soplo de aire fresco. ¿Por qué? Porque en su sencillez e inmediatez, proveniente de días pasados, es capaz de dejar una sonrisa en el rostro al final de cada sesión de juego. Una sensación que se ha perdido en la última década. El mérito es todo el loco protagonista y su divertida historia.
La ciudad de Darkestville era un lugar tranquilo y acogedor, pero a veces los pueblos cambian sus tradiciones. Y este es el caso. Algo loco sucedió una noche, lo que parecía una estrella fugaz se estrelló sobre Darkestville. Los lugareños se sorprendieron por el extraño suceso y acercándose a la estrella vieron emerger un bebé. Su nombre era Cid, pero no era un bebé como todos los demás… era especial. El era un demonio. A pesar de la apariencia espeluznante, Cid creció en la ciudad, siempre dispuesto a causar problemas. Pasaron los años y su verdadera naturaleza demoníaca emergió cada vez más en él. Travieso, caótico, siempre dispuesto a hacer daño. Los problemas de otros ciudadanos eran un juego para él. Este era Cid. Pero cuando el mal invade una ciudad, solo el mal puede poner fin a los tristes acontecimientos. Aquí comienza la aventura del Cid, que tenés en cuenta, no tendrá final feliz.
En Darkestville, los jugadores asumen el papel de Cid, un conocido bromista de aspecto esquelético que encuentra satisfacción en infligir dolor a sus conciudadanos. Sin embargo, la tiranía de Cid pronto llega a su fin. El benefactor local contrata a una banda de cazadores de demonios para matarlo. Lo que sigue es una odisea llena de risas, en la que Cid se ve obligado a huir de sus perseguidores.
Una trama que ciertamente no brilla por la inventiva, pero que aun así logra mantenerse pegada a la pantalla. Cid es el villano perfecto: aspecto espeluznante, pero siempre con una sonrisa espeluznante en su rostro. Vestido como un almirante de la marina, sus ojos amarillos transmiten terror. En todas las aproximadamente seis horas de juego necesarias para completar el título, asumir su forma es puro placer. Deja que la gente de Darkestville se prepare para nuestra venganza.
Digno sucesor
Darkestville Castle es una aventura gráfica bastante clásica, llena de diálogos, interacciones y acertijos. Si interactuar con los distintos objetos del escenario suele resultar aburrido, en este título ocurre lo contrario. Todo, desde el diálogo hasta las meras descripciones, es increíblemente irreverente e hilarante. Un humor que se inspira en las obras pasadas de Tim Schafer, pero que aún logra emerger de esa inmensa sombra.
Para avanzar con la narrativa, los gamers no solo están llamados a conversar con otros personajes, sino también a recolectar y combinar elementos para luego poder reutilizarlos en otros escenarios, quizás visitados anteriormente. En general, los numerosos acertijos y acertijos presentes son bastante lógicos y relativamente simples de resolver. Continuando, se vuelven cada vez más complejos, pero la curva de dificultad está calibrada de manera excelente. Si bien nos obliga a pensar fuera de los rieles, los rompecabezas nunca se vuelven tan difíciles como para requerir el uso de una guía. Darkestville Castle es un buen punto de partida para los recién llegados al género, gracias a la historia hilarante y la jugabilidad simple, pero también un refugio seguro para los veteranos de point and click, gracias al mundo del juego profundamente inspirado.
Dados los escenarios oscuros pero coloridos, creados por el artista Gonzalo Sayavedra, y el diseño de personajes en particular, desde un punto de vista gráfico, el título desarrollado por Epic Llama parece ser un producto de la escuela visual de Tim Burton. El mismo aire malvado, pero a la vez bondadoso, que envuelve a Cid se refiere fuertemente a la figura de Jack Skellington, protagonista de Pesadilla antes de Navidad. Además, gráficamente el título destaca por sus animaciones faciales, nada obvias en este género, por los detalles de los escenarios, ricos en comillas, por la carga siempre rápida y por la fluidez general. Sin embargo, desde el punto de vista del audio, Darkestville Castle va acompañado de una banda sonora prácticamente perfecta, angustiosa pero a la vez alegre. En cuanto al doblaje, el trabajo fue sólo medio exitoso.
Mientras que Cid y los otros protagonistas son capaces de expresar plenamente sus emociones a través del tono de la voz, otros personajes secundarios se expresan con menos convicción, lo que hace que el resultado final sea bastante ambiguo. Señalamos la presencia de subtítulos en italiano (aunque no muy bien hechos), así que no temas perderte ninguna línea.